mÚSICA Y DEMENCIA

CONÓCENOS

Música y Demencia México es un proyecto que nació de una necesidad concreta: reconectar el arte con la vida.

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reconectar el arte con la vida.

Su origen se encuentra en la experiencia directa de músicos que, al finalizar una etapa de formación académica, comenzaron a buscar un sentido más profundo en su práctica musical. El camino los llevó al encuentro con personas que viven con demencia, con sus historias, sus ritmos y sus formas únicas de estar en el mundo. La música, en este contexto, no se ofrece como terapia, sino como una posibilidad de relación horizontal y significativa.

Este proyecto está inspirado en el modelo Music for Life

Creado por Linda Rose en
Inglaterra y actualmente desarrollado en el Wigmore Hall. La influencia y mentoría de
Linda ha sido fundamental para estructurar una propuesta que, sin replicar, adapta los
principios de la improvisación relacional al contexto mexicano. A través de un proceso de
formación, observación y práctica reflexiva, Música y Demencia México se ha convertido
en un espacio donde las personas pueden expresarse sin necesidad de palabras, donde los
músicos no tocan para, sino con quienes participan.

La iniciativa fue fundada y es dirigida por el músico Israel Castillo, en colaboración con un equipo artístico y académico que ha integrado conocimientos de distintas disciplinas. El proyecto se construye desde la experiencia del programa europeo NAIP (New Audiences and Innovative Practice) y se conecta con otras líneas de pensamiento como el cuidado centrado en la persona, la ética de la respuesta, la práctica artística situada y la improvisación como lenguaje de escucha.

Desde sus primeras sesiones piloto en 2024, Música y Demencia México ha reunido a
músicos de alto nivel técnico y sensibilidad artística con cuidadores, familiares y
personas viviendo con demencia. Estas sesiones se llevaron a cabo en alianza con el
Instituto Nacional de Geriatría (INGER), y fueron acompañadas por un proceso de
observación clínica con miras a preparar una investigación mas profunda sobre los
beneficios de la práctica artística en entornos de cuidado. La metodología contempla ocho
sesiones por grupo, en las que se crea un ambiente seguro y flexible donde la música
emerge de los propios participantes.

El proyecto ha recibido el respaldo de instituciones nacionales e internacionales,
incluyendo al Royal Conservatoire of The Hague, el INGER, la Embajada del Reino
de los Países Bajos en México, la plataforma de innovación ANGELCUP México, y la
Société Gavignes. Esta red de colaboración ha permitido consolidar un modelo de
trabajo que aspira a tener un impacto a largo plazo tanto en el ámbito artístico como en el
social.

Música y Demencia México también es una plataforma de formación.

A través del personaje y programa Solo for All, se planea desarrollar procesos de acompañamiento para músicos que desean participar en proyectos de co-creación. Este componente formativo parte de la premisa de que la musicalidad no es exclusiva del intérprete: es una capacidad compartida, que puede aflorar en cualquier persona si se le ofrece un espacio donde ser escuchada.

Nuestra práctica se basa en la observación, la relación y la apertura al momento presente. No buscamos modificar comportamientos ni medir resultados a través de escalas externas. Nos interesa la transformación del vínculo. Lo que sucede en una sesión no se puede anticipar ni repetir: cada encuentro es único, y su valor reside precisamente en esa autenticidad.

CONOCENOS
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Actualmente, el proyecto se prepara para la próxima investigacion a cargo del INGER
además de su expansión a otros centros de atención, casas de día y comunidades de la
Ciudad de México y otras regiones del país. A la par, se avanza en un plan de cuatro años
para adaptar a México una versión del programa NAIP, en colaboración con instituciones
educativas, artísticas y de salud.

 

En Música y Demencia México entendemos que el cuidado no es una tarea individual,
sino una responsabilidad compartida. Creemos que las personas que viven con demencia
no han perdido su capacidad de expresión, sino que necesitan nuevos canales para
hacerlo. Y confiamos en que la música, cuando es ofrecida desde la escucha, puede ser
ese canal.


Este proyecto continúa creciendo a través del trabajo colectivo, la práctica artística
comprometida y la voluntad de construir sociedades donde el arte no sea un lujo, sino un
acto cotidiano de relación.