Music for Life
La historia de un proyecto fundacional contado desde su origen
Linda Rose no comenzó su vida profesional con un plan. La música estaba presente desde niña, pero no como una línea recta.

Music for Life
Creando espacios inclusivos donde personas con demencia y sus cuidadores encuentran alegría, conexión y dignidad a través del arte.

Comenzó su formación docente en Wall Hall College, donde inicialmente se enfocó en escultura. Pronto cambió a música, y fue ahí donde conoció al pedagogo Peter Renshaw, figura clave en su desarrollo profesional. Su trabajo juntos marcó el inicio de una trayectoria centrada en la renovación educativa.
En los años 70 asumió su primer puesto como docente en una escuela primaria en Londres y, al poco tiempo, fue nombrada jefa del área de música. Desde entonces, empezó a crear redes con otros educadores que, como ella, buscaban replantear la enseñanza musical desde una perspectiva centrada en los alumnos. En esa etapa conoció también a Peter Slade, pionero de la educación dramática infantil, cuya defensa de la improvisación resonó profundamente con sus ideas musicales.

Pasaron los años, llegaron nuevos retos y nombramientos. En cada paso, su trabajo la llevaba a contextos difíciles
Con el tiempo, el proyecto fue adaptándose a nuevos contextos: residencias geriátricas, personas viviendo con demencia, personal de cuidado, y un equipo de músicos cada vez más comprometido. La improvisación musical se convirtió en el eje de una práctica centrada en el reconocimiento mutuo, la creación compartida y la reflexión crítica. El proyecto fue consolidándose, con el respaldo de investigaciones realizadas junto a la enfermera-investigadora Stephanie Schlingensiepen y más tarde con el apoyo institucional de Wigmore Hall y Dementia UK.

En palabras de Linda Rose, el corazón del proyecto está en el encuentro humano:
” Si como músico logras encontrar en tu música algo que conecte con la persona con la que trabajas —una persona que ha perdido parte de su identidad, que a menudo no sabe quién es ni dónde está—, si ese vínculo se da, entonces, en ese espacio donde sucede la música, se manifiesta la identidad de esa persona. Es allí donde se reconoce a sí misma. Eso es la esencia de la conexión.”While-the-music-lasts “